Historia antigua
La prehistoria puede ser contextualizada con más precisión como la era de la existencia humana que precede a la cooperación. Los pequeños grupos vagaban, luchando por mantener los recursos y la cohesión. Durante miles de años, los humanos se contentaron con una existencia nómada.
Con el tiempo, se produjo un cambio hacia una sociedad sedentaria, ya que los humanos empezaron a buscar zonas que pudieran mantener su supervivencia durante mucho tiempo. Esta tendencia fue paralela a la creciente utilización de la agricultura. De repente, grupos que antes no podían superar un puñado de familias empezaron a incorporarse entre sí y a crear sociedades más grandes. Así comienza nuestra concepción moderna de la historia: las antiguas civilizaciones sedentarias dependientes de la agricultura y las innovaciones resultantes.
La unidad de la Antigüedad narra el creciente protagonismo del desarrollo científico humano, documentando cómo se solidificaron en la conciencia humana los fundamentos de la sociedad moderna y nuestra concepción de la propia civilización. La creación de la palabra escrita, la construcción de centros monumentales de la empresa humana, el descubrimiento de la flotabilidad y la invención de los relojes de alarma se suman al tapiz de logros humanos que tiñe nuestra visión del mundo actual. Al final de este capítulo, debería tener una idea de cómo el desarrollo científico y la tecnología contribuyeron a la sociedad antigua.
La antigua Grecia
El agua es la vida, y la vida en la tierra está ligada al agua. Nuestra existencia depende del agua, o de la falta de ella, en muchos sentidos, y podría decirse que toda nuestra civilización se basa en el uso del agua.
Este artículo examina la influencia del agua en la salud pública a lo largo de la historia. La agricultura y el desarrollo de los asentamientos condujeron al inicio del problema al que se enfrenta la humanidad hoy en día: cómo conseguir agua potable para los seres humanos y el ganado y cómo gestionar los residuos que producimos. La disponibilidad de agua en grandes cantidades se ha considerado una parte esencial de la civilización a lo largo de las diferentes épocas: Los baños romanos necesitaban mucha agua, al igual que los inodoros y las duchas que se utilizan en la civilización occidental actual. La importancia del agua potable de buena calidad se ha establecido desde hace años. Sin embargo, la importancia de un saneamiento adecuado no se comprendió hasta el siglo XIX.
En este artículo se expone la importancia del agua a lo largo de la historia. Se presta especial atención a la primera urbanización de las civilizaciones antiguas, sobre todo en la antigua Grecia y Roma (Vuorinen 2007). Sin embargo, también se describen brevemente la segunda, tercera y cuarta fases de la urbanización. Por último, se discuten las principales conclusiones y sus implicaciones para la gestión y las políticas actuales del agua.
Línea de tiempo de las civilizaciones antiguas
Imperios africanos: Imperio Etíope (ca. 50-1974), Imperio Malí (ca. 1210-1490), Imperio Songhai (1468-1590), Imperio Fulani (ca. 1800-1903) Imperios mesoamericanos, especialmente el Imperio Maya (ca. 300-900) Imperio Teotihuacano (ca. 500-750), Imperio Azteca (1325-ca. 1500) Imperio Bizantino (330-1453) Imperios andinos: Imperio Huari (600-800); Imperio Inca (1438-1525) Imperios chinos premodernos: incluyendo la dinastía T’ang (618-906), la dinastía Sung (906-1278) Imperios islámicos, especialmente omeyas/abasíes (661-1258), almohades (1140-1250), almorávides (1050-1140) Imperio carolingio (ca. 700-810) Imperio búlgaro (802-827, 1197-1241) Imperios del sudeste asiático: Imperio jemer (877-1431), Imperio birmano (1057-1287) Imperio de Novogorod (882-1054) Imperio alemán medieval (962-1250) Imperio danés (1014-1035) Imperios indios, incluido el Imperio chola (siglo XI), Imperio de Mahmud de Ghazni (998-1039 d.C.), Imperio Mogol (1526-1805) Imperio Mongol (1206-1405) Imperio Mameluco (1250-1517) Sacro Imperio Romano (1254-1835) Imperio de los Habsburgo (1452-1806) Imperio Otomano (1453-1923)
Historia de la antigua Grecia
Los cuerpos celestes -el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas- nos han proporcionado una referencia para medir el paso del tiempo a lo largo de nuestra existencia. Las civilizaciones antiguas se basaban en el movimiento aparente de estos cuerpos a través del cielo para determinar las estaciones, los meses y los años.
Sabemos poco sobre los detalles de la medición del tiempo en las épocas prehistóricas, pero dondequiera que encontremos registros y artefactos, solemos descubrir que en cada cultura, algunas personas se preocupaban por medir y registrar el paso del tiempo. Los cazadores de la Edad de Hielo en Europa, hace más de 20.000 años, hacían líneas y agujeros en palos y huesos, posiblemente para contar los días entre las fases de la luna. Hace cinco mil años, los sumerios del valle del Tigris y el Éufrates, en el actual Irak, tenían un calendario que dividía el año en meses de 30 días, dividía el día en 12 periodos (cada uno de los cuales corresponde a 2 de nuestras horas) y dividía estos periodos en 30 partes (cada una como 4 de nuestros minutos). No tenemos registros escritos de Stonehenge, construido hace más de 4000 años en Inglaterra, pero sus alineaciones muestran que sus propósitos aparentemente incluían la determinación de eventos estacionales o celestes, como eclipses lunares, solsticios y demás.