El abrazo de amor del universo en español
El abrazo del amor” es uno de los poemas más populares de W. H. Auden después de la década de 1930. A la vez una celebración del amor no correspondido y un poema metafísico sobre la dificultad de encontrar el “amor” y el sentido en una época secular, es un poema directo que, como gran parte de la poesía de Auden, oculta significados más complejos bajo la superficie. Puedes leer “The More Loving One” aquí antes de proceder a nuestro análisis del poema a continuación.
The More Loving One” consta de cuatro cuartetos, rimados aabb. La métrica o “plano” del poema es el tetrámetro yámbico (es decir, cuatro yámbulos, o pies que comprenden una sílaba no acentuada seguida de una acentuada; como se ve en el verso “No puedo, ahora que los veo, decir”, donde las palabras en cursiva son las sílabas acentuadas). Sin embargo, al igual que muchos poemas modernos, Auden no se ciñe estrictamente a esta métrica, aunque es el patrón suelto que utiliza para su meditación sobre el amor desigual.
Este es el aspecto técnico del poema: parlanchín, directo (coplas rimadas en lugar de una forma más elaborada o sofisticada). Pero, ¿qué significa? Tomemos cada una de las cuatro estrofas de Auden por separado.
El abrazo de amor del universo, la tierra
“El más amoroso” es la irónica y compleja reflexión del poeta británico W.H. Auden sobre la indiferencia del universo y el valor del amor. Contemplando el cielo nocturno, el hablante del poema entiende que a las estrellas “les importa un bledo” la humanidad y sus sentimientos. Sin embargo, al reflexionar sobre ello, el hablante cree que sigue mereciendo la pena ser “el más cariñoso” en esta relación desequilibrada: la persona que ama a las estrellas (o a un amante “indiferente”, para el caso) al menos consigue experimentar el amor, y dar sentido al sinsentido. Este poema fue recogido por primera vez en el libro de Auden Homage to Clio, de 1960.
1Mirando a las estrellas, sé muy bien2que, por lo que a ellas respecta, puedo ir al infierno,3pero en la tierra la indiferencia es lo menos4que tenemos que temer del hombre o de la bestia.5¿Cómo nos gustaría que las estrellas ardieran6con una pasión por nosotros que no pudiéramos devolver?7Si no puede haber afecto igual,8que el más cariñoso sea yo.9 Admirador como creo que soy10De las estrellas que no me importan,11No puedo, ahora que las veo, decir12Que eché de menos a una terriblemente todo el día.13Si todas las estrellas desaparecieran o murieran,14Debería aprender a mirar un cielo vacío15Y sentir su total oscuridad sublime,16Aunque esto podría llevarme un poco de tiempo.
El sueño (la cama)
“El ser humano es una parte del conjunto llamado por nosotros universo, una parte limitada en el tiempo y el espacio. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto, una especie de ilusión óptica de su conciencia. Este engaño es una especie de prisión para nosotros, que nos limita a nuestros deseos personales y al afecto por unas pocas personas más cercanas a nosotros. Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todos los seres vivos y a toda la naturaleza en su belleza.”
“Lo importante es no dejar de preguntar. La curiosidad tiene su propia razón de ser. Uno no puede dejar de asombrarse cuando contempla los misterios de la eternidad, de la vida, de la maravillosa estructura de la realidad. Basta con que uno intente simplemente comprender un poco de este misterio cada día.-“Consejo de un anciano a la juventud: ‘Nunca pierdas la santa curiosidad'”. Revista LIFE (2 de mayo de 1955) p. 64″
El abrazo de amor del universo, la tierra (méxico), yo mismo, diego y el señor xólotl significado
Con el paso de los años, Frida adoptó un papel cada vez más maternal en relación con su marido Diego Rivera. A él le encantaba que lo mimaran, y ella descubrió que jugar a ser madre le facilitaba la posibilidad de hacer sus travesuras. Confió sus sentimientos maternales a su diario: “En todo momento es mi hijo, mi hijo nacido a cada momento, diario, de mí misma”.
En su “Retrato de Diego”, escrito para el catálogo de la retrospectiva de Rivera de 1949 en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, Frida decía: “Las mujeres -entre ellas yo- siempre querrían tenerlo en brazos como a un recién nacido”.