VOTA – God of the Universe (Lyric Video)
Un Dios que podría ser real’ en el universo científico : 13.7: Cosmos y cultura Si nos tomamos en serio nuestros conocimientos científicos, podemos redefinir a Dios de una manera nueva y poderosa que amplíe nuestro pensamiento y pueda ayudar a motivarnos y unirnos, dice la bloguera invitada Nancy Ellen Abrams.
Primera parte de dos. (Lea la segunda parte aquí.) “Dios” es una palabra. Si la definimos, aunque sea inconscientemente, como algo que no puede existir en nuestro universo, desterramos la idea de Dios de nuestra realidad y tiramos por la borda toda posibilidad de incorporar una potente metáfora espiritual a un panorama verdaderamente coherente. Pero si nos tomamos en serio los fiables -y, por tanto, inestimables- conocimientos científicos e históricos que ahora poseemos, podemos redefinir a Dios de una forma radicalmente nueva y potenciadora que amplíe nuestro pensamiento y pueda ayudar a motivarnos y unirnos en la peligrosa era en la que la humanidad está entrando. Durante más de 30 años, he asistido a una de las revoluciones científicas más apasionantes de nuestro tiempo, la revolución de la cosmología. En los años 70, el gran misterio cosmológico era éste: Si el Big Bang fue simétrico en todas las direcciones, ¿por qué el universo en expansión actual no es sólo una sopa más grande de partículas? En cambio, las hermosas galaxias espirales y elípticas están dispersas, pero no al azar; se encuentran a lo largo de filamentos invisibles, como purpurina arrojada sobre líneas de pegamento. Donde se cruzan varios filamentos grandes, se han formado grandes cúmulos de galaxias. ¿Por qué? ¿Qué pasó con la sopa? ¿De dónde procede toda esta estructura?
El universo visto a través de los ojos de la fe bíblica
La creencia de que Dios se convirtió en el Universo es una doctrina teológica que se ha desarrollado varias veces históricamente, y sostiene que el creador del universo realmente se convirtió en el universo. Históricamente, para las versiones de esta teoría en las que Dios ha dejado de existir o de actuar como una entidad separada y consciente, algunos han utilizado el término pandeísmo, que combina aspectos del panteísmo y del deísmo, para referirse a una teología de este tipo[1][2][3] Un concepto similar es el panenteísmo, que hace que el creador se convierta en el universo sólo en parte, pero que siga siendo en alguna otra parte trascendente a él, también. Los textos hindúes, como el Mandukya Upanishad, hablan del uno indiviso que se convirtió en el universo.
Pero, un ejemplo de ello existe en el mito polinesio, pues en las islas del Pacífico, la idea de la Deidad Suprema se manifiesta en una divinidad que los neozelandeses llaman Tangaroa, los hawaianos Kanaroa, los tonganos y samoanos Tangaloa, los georgianos y los isleños de la Sociedad Taaroa. Una definición poética nativa del Creador relata: “Era; Taaroa era su nombre; habitaba en el vacío. No hay tierra, ni cielo, ni hombres. Taaroa llama, pero nada responde; y solo existiendo, se convirtió en el universo. Los puntales son Taaroa; las rocas son Taaroa; las arenas son Taaroa; así se llama él mismo”[4].
Curiosidad – ¿Dios creó el universo? | El Big Bang
“Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas, que has puesto en su sitio, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, y el hijo del hombre para que lo cuides?” Salmo 8:3-4
Recientemente, la NASA publicó fotos del telescopio Webb que no se ven y que son imágenes reales de algunas partes del universo. Muchos estamos fascinados por lo complejas y magníficas que son. Dios creó todo esto con sus manos (Génesis 1:1), lo que nos recuerda lo vasta que es la creación de Dios. El universo sigue siendo inconmensurable, y nosotros somos pequeñas criaturas que caminan en este planeta que orbita alrededor, criaturas que también son creadas y amadas por Él.
En efecto, ¿qué es el hombre que Dios tiene en cuenta? Somos una mota en el universo, pero a Dios le importa tanto que nos conoce personalmente y nos ha llamado a ser sus hijos para confiarle nuestras vidas. Piensa profundamente en ello, en que confiamos en un Dios todopoderoso, magnífico y amoroso. Te estás apoyando y confiando en el Dios del Universo. Así que no tengas miedo, ni te desanimes, Dios es más grande que nuestros miedos, que en lo desconocido y sus pensamientos están por encima de los nuestros. Mira el cielo, mira lo vasto que es, las innumerables estrellas, es nuestro padre quien lo hizo. Deléitate en ello, alégrate de que Él es nuestro refugio.
Dios es la mejor explicación del origen del universo
Varios libros y artículos recientes quieren hacernos creer que, de alguna manera, la ciencia ha refutado la existencia de Dios. Sus autores afirman que sabemos tanto sobre el funcionamiento del universo que Dios es simplemente innecesario: podemos explicar todo el funcionamiento del universo sin necesidad de un Creador. Y, efectivamente, la ciencia nos ha aportado una inmensa cantidad de conocimientos. La suma total del conocimiento humano se duplica aproximadamente cada dos años o menos. En física y cosmología, ahora podemos afirmar que sabemos lo que ocurrió en nuestro universo tan pronto como una pequeña fracción de segundo después del Big Bang, algo que puede parecer asombroso. En química, comprendemos las reacciones más complicadas entre átomos y moléculas, y en biología sabemos cómo funciona la célula viva y hemos trazado todo nuestro genoma. Pero, ¿acaso esta vasta base de conocimientos refuta la existencia de algún tipo de fuerza exterior preexistente que haya puesto en marcha nuestro universo?
La ciencia y la religión son dos caras del mismo y profundo impulso humano de entender el mundo, de conocer nuestro lugar en él y de maravillarnos ante la maravilla de la vida y el cosmos infinito que nos rodea. Mantengámoslas así, y no dejemos que una intente usurpar el papel de la otra.