Forma de las estrellas del universo

Nombre de la forma de la estrella

Las galaxias son vastas islas cósmicas de estrellas, gas, polvo y materia oscura que se mantienen unidas por la gravedad. La aguda mirada del Hubble ha revelado intrincados detalles de las formas, estructuras e historias de las galaxias, ya sea solas, como parte de pequeños grupos o dentro de inmensos cúmulos. Desde los agujeros negros supermasivos en los centros galácticos hasta los gigantescos estallidos de formación estelar y las colisiones titánicas entre galaxias, estos descubrimientos permiten a los astrónomos sondear las propiedades actuales de las galaxias, así como examinar cómo se formaron y desarrollaron a lo largo del tiempo.

Las galaxias son concentraciones de estrellas, gas, polvo y materia oscura. Tienen una gran variedad de formas y tamaños. Algunas están destinadas a colisionar, como la Vía Láctea y Andrómeda. Crédito: NASA y J. Olmsted (STScI)

Los astrónomos clasifican las galaxias en tres grandes categorías: elípticas, espirales e irregulares. Estas galaxias abarcan una amplia gama de tamaños, desde galaxias enanas que contienen tan sólo 100 millones de estrellas hasta galaxias gigantes con más de un billón de estrellas.

Las elípticas, que representan aproximadamente un tercio de todas las galaxias, varían desde las casi circulares hasta las muy alargadas. Poseen comparativamente poco gas y polvo, contienen estrellas más antiguas y ya no están formando estrellas activamente. Las más grandes y raras, llamadas elípticas gigantes, tienen unos 300.000 años luz de diámetro. Los astrónomos creen que se han formado a partir de la fusión de galaxias más pequeñas. Mucho más comunes son las elípticas enanas, que sólo tienen unos pocos miles de años luz de ancho.

Forma de estrella en el cielo

Las estrellas son los objetos astronómicos más reconocidos y representan los bloques de construcción más fundamentales de las galaxias. La edad, la distribución y la composición de las estrellas de una galaxia trazan la historia, la dinámica y la evolución de esa galaxia. Además, las estrellas son responsables de la fabricación y distribución de elementos pesados como el carbono, el nitrógeno y el oxígeno, y sus características están íntimamente ligadas a las de los sistemas planetarios que pueden unirse a su alrededor. Por consiguiente, el estudio del nacimiento, la vida y la muerte de las estrellas es fundamental en el campo de la astronomía.

Las estrellas nacen dentro de las nubes de polvo y dispersas en la mayoría de las galaxias. Un ejemplo familiar de este tipo de nubes de polvo es la nebulosa de Orión. Las turbulencias en las profundidades de estas nubes dan lugar a nudos con suficiente masa como para que el gas y el polvo empiecen a colapsar bajo su propia atracción gravitatoria. A medida que la nube colapsa, el material del centro comienza a calentarse. Conocido como protoestrella, es este núcleo caliente en el corazón de la nube que colapsa el que un día se convertirá en una estrella. Los modelos informáticos tridimensionales de formación estelar predicen que las nubes giratorias de gas y polvo en colapso pueden romperse en dos o tres manchas; esto explicaría por qué la mayoría de las estrellas de la Vía Láctea están emparejadas o en grupos de múltiples estrellas.

Qué forma tiene una estrella en geometría

¿Alguna vez ha mirado al cielo nocturno y se ha preguntado cuántas estrellas hay en el espacio? Esta pregunta ha fascinado a científicos, filósofos, músicos y soñadores de todos los tiempos.

Si mira al cielo en una noche clara, lejos del resplandor de las luces de la calle, podrá ver unos cuantos miles de estrellas individuales a simple vista. Con un modesto telescopio de aficionado se pueden ver millones más. Las estrellas no están dispersas por el espacio, sino que están reunidas en grandes grupos conocidos como galaxias. El Sol pertenece a una galaxia llamada Vía Láctea. Los astrónomos calculan que sólo en la Vía Láctea hay unos 100.000 millones de estrellas. Fuera de ella, ¡también hay millones y millones de otras galaxias!

En 1995, una imagen del telescopio espacial Hubble (HST) sugirió que la formación de estrellas había alcanzado un pico hace aproximadamente siete mil millones de años. La imagen del Campo Profundo del Hubble fue tomada en longitudes de onda ópticas y ahora hay pruebas de que gran parte de la formación estelar temprana estaba oculta por gruesas nubes de polvo. Las nubes de polvo bloquean la visión de las estrellas y convierten su luz en radiación infrarroja, haciéndolas invisibles para el HST. Pero Herschel pudo asomarse a este Universo antes oculto en longitudes de onda infrarrojas, revelando muchas más estrellas de las que se habían visto antes.Ahora, Gaia se ha lanzado y está estudiando mil millones de estrellas en nuestra Vía Láctea. Gaia se basa en el legado de la misión Hipparchus, que determinó las posiciones de más de cien mil estrellas con gran precisión, y de más de un millón de estrellas con menor precisión.Gaia monitorizará cada una de sus mil millones de estrellas objetivo 70 veces durante su misión, registrando con precisión sus posiciones, distancias, movimientos y cambios de brillo. Gracias a misiones como ésta, estamos un paso más cerca de proporcionar una estimación más fiable a esa pregunta que se hace tan a menudo: “¿Cuántas estrellas hay en el Universo?”

¿Por qué las estrellas tienen forma de estrella?

“No hay una respuesta breve a esta pregunta, porque los astrónomos han seguido muchas líneas de evidencia para determinar la ubicación del sistema solar en la Vía Láctea. Pero se pueden esbozar brevemente algunas de las técnicas generales.

“Encontrar la ubicación de uno en una nube de cien mil millones de estrellas -cuando uno no puede viajar más allá de su propio planeta- es como intentar trazar la forma de un bosque mientras se está atado a uno de los árboles. Uno se hace una idea aproximada de la forma de la Vía Láctea con sólo mirar a su alrededor: una banda de luz irregular y brumosa rodea el cielo. Tiene unos 15 grados de ancho, y las estrellas se concentran de forma bastante uniforme a lo largo de la franja. Esta observación indica que nuestra galaxia, la Vía Láctea, es un disco aplanado de estrellas, y que nosotros estamos situados en algún lugar cerca del plano del disco. Si no fuera un disco aplanado, su aspecto sería diferente. Por ejemplo, si fuera una esfera de estrellas, veríamos su brillo en todo el cielo, no sólo en una banda estrecha. Y si estuviéramos por encima o por debajo del plano del disco en una cantidad considerable, no veríamos que divide el cielo en dos: el brillo de la Vía Láctea sería más brillante en un lado del cielo que en el otro.