Universo de la guerra vs darkorbit
Kuan-Wei Chen y Ram S. Jakhu no trabajan, consultan, poseen acciones o reciben financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no han revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.
La Universidad McGill proporciona financiación como miembro de The Conversation CA.La Universidad McGill proporciona financiación como miembro de The Conversation CA-FR.La Universidad Western Sydney proporciona financiación como miembro de The Conversation AU.
Otras naciones con capacidad espacial, y quienes temen la aceleración de una carrera armamentística en el espacio, se mostraron muy preocupados. En la última reunión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Utilización del Espacio Ultraterrestre con Fines Pacíficos, los Estados señalaron con alarma que «prevenir los conflictos en el espacio ultraterrestre y preservar el espacio ultraterrestre para fines pacíficos» es más necesario que nunca.
La elección de Joe Biden como próximo presidente de Estados Unidos y de Kamala Harris como vicepresidenta sugiere que hay motivos para la esperanza. El futuro del espacio puede parecerse más al reciente lanzamiento de la misión SpaceX Crew-1 de la NASA a la Estación Espacial Internacional.
Experiencia en el universo de la guerra
Con la reciente afluencia de vuelos espaciales y lanzamientos de satélites, la región del espacio exterior se ha saturado de tecnología vital utilizada para la comunicación y la vigilancia y el funcionamiento de las empresas y el gobierno. Pero, ¿qué pasaría si estas capacidades se vieran interrumpidas o incluso destruidas? ¿Cómo reaccionaríamos ante un apagón total de las comunicaciones por satélite? ¿Qué puede ocurrir y ha ocurrido tras la destrucción de un satélite? A corto plazo, las consecuencias harían que miles de fragmentos orbitaran la Tierra en forma de basura espacial. A largo plazo, las ramificaciones de un evento de este tipo en la Tierra y en el espacio serían, como mínimo, alarmantes. Este libro examina estos escenarios y cómo los países de todo el mundo podrían responder a ellos. Describe las acciones agresivas que podrían emprender las naciones y las tecnologías que podrían aprovecharse para obtener poder y control sobre los activos, así como para iniciar una guerra en el teatro del espacio exterior. Se investigan las formas en que las capacidades vitales de un país podrían ser desarmadas en ese escenario. Además, el libro analiza nuestro clima político pasado y presente, incluyendo qué países tienen actualmente estas capacidades y quiénes son ya los actores agresivos. Por último, se aborda la investigación y la tecnología espacial prometedoras que podrían utilizarse para protegernos de los interesados en destruir los sistemas vitales del mundo.
Niveles del universo bélico
Casi tres décadas de estrecha colaboración en el espacio entre Rusia y el mundo occidental parecen estar llegando a su fin. Con el aumento de las tensiones por la invasión de Ucrania por parte de Vladimir Putin, Rusia ha amenazado con estrellar la Estación Espacial Internacional y negarse a lanzar satélites para los países occidentales. Hace unos meses, Rusia hizo estallar uno de sus propios satélites difuntos, creando basura espacial que amenazaba la seguridad de los astronautas en la ISS.
La agresión en el espacio podría afectar directamente a las botas en el terreno. Las imágenes desde el espacio se han convertido en un elemento habitual en la cobertura de la invasión de Ucrania, mostrando largas columnas de blindaje que avanzan inexorablemente hacia Kiev o Kharkiv.
Aunque su contenido es escalofriante, ha ofrecido un impulso a la asediada resistencia ucraniana al ayudarle a averiguar dónde está el enemigo, de dónde viene y cómo está configurado. También es una demostración al mundo del nivel de fuerza utilizado por Rusia, puesto a la vista de todos.
Las imágenes por satélite solían ser el dominio de los militares avanzados y de muy pocos países. Sin embargo, hoy en día, las empresas comerciales capturan cada vez más estas imágenes, y su capacidad combinada puede superar la del ejército ruso. La ventaja de esto es que estas empresas pueden proporcionar un apoyo casi militar, evitando potencialmente la zancadilla de la participación militar en Ucrania por parte de las naciones occidentales.
Códigos del universo de la guerra
En los últimos años se ha producido un gran aumento del discurso público sobre la «militarización del espacio», una frase que puede sonar preocupante, pero que tampoco es nada nuevo. Gran parte de este debate ha sido impulsado por la fundación de la Fuerza Espacial de Estados Unidos y el restablecimiento del Mando Espacial de Estados Unidos. A pesar de lo que puedan parecer estas medidas, como persona que participó en los debates que rodearon estas decisiones, puedo decir con seguridad que no se tomaron a la ligera, ni tenían como objetivo establecer a Estados Unidos como agresor en el ámbito espacial. Recientemente, Estados Unidos ha reconocido formalmente el espacio como un nuevo dominio bélico, pero para entender por qué ha sucedido esto es necesario examinar la historia de la guerra y la actividad humana en el dominio espacial.
Como nos recordaría Clausewitz, «la guerra no es más que la continuación de la política por otros medios». En pocas palabras, la guerra es una extensión de la política. Cuando los dirigentes políticos no pueden alcanzar sus objetivos por medios pacíficos, recurren a la guerra como medio para alcanzar un fin político. James Carafano describe cómo se desarrolla esto en los distintos ámbitos: