Huevo órfico
Universal Egg Pro™ proporciona una excelente fuente de proteína de clara de huevo limpia en forma de polvo instanciado de rápida disolución. Cada cucharada de Universal Egg Pro™ proporciona 24 g de proteína, el equivalente a 4 huevos grandes. Universal Egg Pro™ no sólo ofrece una calidad superior, sino también un sabor excepcional.
Es una proteína de huevo en polvo suave y fácil de digerir. Utilícelo solo o añádalo a los copos de avena o a cualquier otro producto de cereal caliente o frío. Y sí, este producto tiene una fecha de caducidad en el envase. ¡Es una gran proteína de huevo!
He investigado un poco sobre el producto, sabe bien, se mezcla muy bien y me gustan los datos nutricionales. Específicamente me gusta en mi avena como leí en otra reseña. La única pega del producto es que el número de raciones por envase no aparece en la página web. Esperaba 20 raciones más o menos y resulta que las raciones eran 14. Me decepcionó un poco este hecho y que no aparezca en la página web. Si se hubiera mostrado, podría haber pedido dos envases. Por eso la valoración de 3 estrellas.
Hiraṇyagarbha
El huevo puede ser increíble y comestible, pero su origen como palabra es aún desconocidoIlustración: Adolphe Millot / Dominio públicoHuevos diversos, ilustración de Noveau Larousse Illustré (1897-1904).M. Michael Brady
La primera etapa de esa evolución tuvo lugar hacia el año 1000, impulsada por el uso de la palabra en textos bíblicos, como en Lucas XI 12 de los Evangelios anglosajones. Sin embargo, mucho antes de su mención en los textos, el huevo había cobrado protagonismo en la mitología, sobre todo en el mito romano de los gemelos Géminis, Cástor y Pólux, de quienes se decía que habían nacido de un huevo, junto con sus hermanas Helena de Troya y Clitemnestra.
En el siglo XV, el huevo adquirió una dimensión metafórica. En una historia apócrifa, cuando cenaba con nobles españoles, le dijeron a Cristóbal Colón que su supuesto descubrimiento de América era inevitable y que, por tanto, no era un gran logro. Colón guardó silencio, pero pidió un huevo entero. A continuación, desafió a los nobles a poner el huevo de pie sin ayuda. Todos lo intentaron y fracasaron. Colón cogió entonces el huevo, lo golpeó ligeramente para romper su extremo y lo puso sobre la mesa. Los nobles quedaron asombrados; el mensaje era claro: una vez que se ha hecho algo, cualquiera puede hacerlo. El «Huevo de Colón» entró en el lenguaje. Hoy, en Ibiza, España, hay un monumento al descubrimiento de América por Colón en forma de huevo.
Huevo cósmico
Huevo órfico de Jacob Bryant (1774)El huevo del mundo, huevo cósmico o huevo mundano es un motivo mitológico que se encuentra en las cosmogonías de muchas culturas y que está presente en la cultura protoindoeuropea[1] y en otras culturas y civilizaciones. Típicamente, el huevo mundano es un comienzo de algún tipo, y el universo o algún ser primordial llega a existir al «salir del cascarón» del huevo, a veces depositado en las aguas primordiales de la Tierra[2][3].
La idea más antigua del «huevo cósmico» procede de algunas escrituras sánscritas. El término sánscrito que lo designa es Brahmanda (ब्रह्माण्ड), que deriva de dos palabras: «Brahma» (ब्रह्मा), el «dios creador» del hinduismo, y «anda» (अण्ड), que significa «huevo». Algunos Puranas, como el Brahmanda Purana, hablan de ello con detalle.
El Rig Veda (RV 10.121) utiliza un nombre similar para la fuente del universo: Hiranyagarbha (हिरण्यगर्भ) que significa literalmente «feto de oro» o «vientre de oro» y se asocia con la fuente universal Brahman donde se cree que se sustenta toda la existencia. [4] [5] Los Upanishads elaboran que el Hiranyagarbha flotó en el vacío durante un tiempo, y luego se rompió en dos mitades que formaron Dyaus (los Cielos) y Prithvi (la Tierra). El Rig Veda contiene una descripción codificada similar de la división del universo en sus primeras etapas.
Tren de Sión
La forma del huevo ha atraído durante mucho tiempo la atención de matemáticos, ingenieros y biólogos desde un punto de vista analítico. La forma ha sido muy apreciada por su evolución, ya que es lo suficientemente grande como para incubar un embrión, lo suficientemente pequeña como para salir del cuerpo de la manera más eficiente, no rodar una vez puesta, es lo suficientemente sólida estructuralmente como para soportar el peso y ser el comienzo de la vida para 10.500 especies que han sobrevivido desde los dinosaurios. Al huevo se le ha llamado la «forma perfecta».
Para rectificar esto, los investigadores introdujeron una función adicional en la fórmula del ovoide, desarrollando un modelo matemático que se ajusta a una forma geométrica completamente novedosa, caracterizada como la última etapa en la evolución de la esfera-elipsoide, que es aplicable a cualquier geometría de huevo.
Esta fórmula universal, largamente buscada, es un paso importante para comprender no sólo la forma del huevo en sí, sino también cómo y por qué evolucionó, lo que posibilita amplias aplicaciones biológicas y tecnológicas.
Las descripciones matemáticas de todas las formas básicas del huevo ya han encontrado aplicaciones en la investigación alimentaria, la ingeniería mecánica, la agricultura, las biociencias, la arquitectura y la aeronáutica. Por ejemplo, esta fórmula puede aplicarse a la construcción de recipientes de paredes finas con forma de huevo, que deberían ser más resistentes que los típicos esféricos.