Música para ayudar a estudiar y memorizar
Aunque prefiramos diferentes géneros de música para concentrarnos, todos estamos de acuerdo en que la lista de reproducción adecuada tiene la capacidad mágica de aumentar la concentración. Nos permite concentrarnos, ahogar las distracciones y concentrarnos en la tarea que tenemos entre manos. Ahora bien, puede que te preguntes: ¿significa esto que podemos elevar la potencia cerebral y la creatividad con la música adecuada?
No es ningún secreto que la música activa las más diversas redes del cerebro humano. Las investigaciones han demostrado incluso que las personas con TDAH se concentran mejor con la música adecuada. Ahora imagina las posibilidades que estudiantes como tú pueden desbloquear con la música de concentración.
A nivel básico, cada canción está compuesta en una tonalidad mayor o menor. Las canciones pop, por ejemplo, suelen estar compuestas por notas mayores como Do mayor y Sol mayor. En el otro lado del espectro, encontrarás sus homólogas menores La menor y Mi menor.
¿Por qué es importante todo esto? Bueno, un estudio de la Universidad de Connecticut descubrió que la tonalidad de la música en la que te concentras puede influir en tu rendimiento al escucharla. Los estudiantes universitarios que escuchaban música en modo mayor eran capaces de completar tareas más rápidamente que los que escuchaban música en modo menor.
Música de enfoque profundo para el estudio, la concentración y la memoria
Decidir si estudiar en silencio o escuchando música es en gran medida una cuestión de preferencia personal. Sin embargo, quizá le interese saber que hay numerosos beneficios asociados a esta última opción. Por ejemplo, estudiar escuchando música se asocia a una mayor concentración, a una disminución del aburrimiento y a un menor nivel de estrés, entre otros beneficios, según la revista 1883.
Sin embargo, al igual que ciertos tipos de chocolate combinan mejor con ciertos tipos de café, algunos géneros de música son más propicios para el estudio (y la preparación de exámenes) que otros. A continuación, te mostramos algunos aspectos que deberás tener en cuenta a la hora de preparar tu próximo estudio.
¿Alguna vez has escuchado una canción que te encantaba cuando eras adolescente y tu mente se ha transportado a una fecha y hora concretas en las que esa canción sonaba de fondo? También es probable que hayas experimentado lo que se siente al escuchar una canción que no has oído en años, sólo para darte cuenta de que todavía recuerdas toda la letra. Puede que haya una razón para ello, ya que LSTN Sound Co. informa de que nuestros cerebros están «conectados a la música con la memoria a largo plazo», citando estudios que han demostrado que la memoria musical se almacena en una parte del cerebro que no se ve afectada por formas de demencia o enfermedad de Alzheimer.
Superinteligencia: Música para la memoria, mejorar
Sabemos que escuchar música nos hace sentir muy bien. No hay nada mejor que estar en la zona, o en el estado de ánimo adecuado, o que nos impulse a correr, a hacer pesas o a hacer fluir más rápido nuestra creatividad. Lo mismo ocurre cuando se trata de la mejor música para estudiar.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins han trabajado con intérpretes de jazz que improvisan dentro de una máquina de IRMf para ver qué zonas del cerebro se iluminan. Descubrieron que los músicos de jazz realizan improvisaciones únicas desactivando la inhibición y activando la creatividad.
Esto se suma a las investigaciones existentes que han descubierto que escuchar música reduce la ansiedad y la presión arterial, y mejora la calidad del sueño, el estado de ánimo y la memoria. Otros estudios también demuestran que la música activa las más diversas redes del cerebro humano.
«Si se quiere mantener el cerebro ocupado a lo largo del proceso de envejecimiento, escuchar o tocar música es una gran herramienta», afirma un otorrinolaringólogo (especialista en medicina centrada en los oídos, la nariz y la garganta) del Johns Hopkins.
Las vibraciones que viajan por el aire llegan al canal auditivo y se transmiten en una señal eléctrica. Ésta viaja luego a través del nervio auditivo hasta el tronco cerebral, donde se recompone en lo que conocemos como música.
4 horas de música de estudio para mejorar la concentración y la memoria
La música se ha vuelto mucho más accesible al público en las últimas décadas. Uno de los factores que ha influido es la creciente disponibilidad de la música: mientras que antes se necesitaban CD o cintas y un reproductor acorde, hoy en día la música puede reproducirse digitalmente en muchos dispositivos diferentes, como ordenadores, teléfonos móviles o iPods. Además, la oferta de canciones disponibles es casi infinita gracias a los portales de música. Esto permite seleccionar canciones adecuadas para diferentes situaciones, como canciones relajantes para una velada acogedora o canciones activadoras antes de salir. Debido a estos avances en la tecnología musical, el aprendizaje con música de fondo ha recibido cada vez más atención en la última década (por ejemplo, Schwartz et al., 2017).
Para algunas situaciones parece intuitivo pensar que la música ayudaría a mejorar nuestra experiencia, pero ¿cómo encajan la música y el aprendizaje? En la actualidad, los efectos de la música de fondo mientras se aprende y los mecanismos que hay detrás no están claros. Por un lado, la música parece tener un efecto positivo (efecto Mozart; Rauscher et al., 1993) y estimulante (hipótesis del estado de ánimo; Husain et al., 2002), que podría mejorar el aprendizaje. Por otro lado, la música de fondo podría suponer una carga adicional para la memoria de trabajo (efecto del detalle seductor; por ejemplo, Rey, 2012), lo que dificultaría el aprendizaje. Para poder lidiar simultáneamente con el material de aprendizaje y la música de fondo, la capacidad de la memoria de trabajo del alumno es un factor crucial a tener en cuenta.